junio 2, 2025 por aldakosta@aldakosta.com
Hablar de alimentación saludable suele estar acompañado de una serie de reglas que, con el tiempo, hemos aprendido a aceptar como verdades absolutas. Una de las más comunes es que para comer sano hay que eliminar los carbohidratos. Sin embargo, esta idea —tan difundida como poco sostenible— puede alejarnos del verdadero objetivo: disfrutar de la comida mientras cuidamos nuestra salud.
Y aquí surge una pregunta importante: ¿realmente disfrutas comiendo?
>>Comer debería ser un placer, no una fuente de culpa o ansiedad
¿Por qué los carbohidratos tienen tan mala fama?
Durante años, los carbohidratos han sido señalados como los principales responsables del aumento de peso, los picos de azúcar y otros problemas de salud. Esto ha llevado a muchas personas a eliminarlos por completo de su alimentación, asumiendo que ese es el precio a pagar por verse y sentirse mejor.
Sin embargo, esta visión suele estar más basada en modas que en evidencia. Los carbohidratos —especialmente los complejos, como cereales integrales, legumbres o frutas— cumplen funciones vitales en el organismo: nos proporcionan energía, favorecen la concentración y son clave en procesos metabólicos.
Eliminar grupos completos de alimentos puede tener consecuencias tanto físicas como emocionales. Por eso, la clave no está en restringir, sino en aprender a elegir y combinar.
Comer bien sin dejar de disfrutar
Un enfoque saludable no debería obligarnos a vivir con miedo a ciertos alimentos. Aprender a comer también implica redefinir nuestra relación con la comida, y eso incluye permitirnos disfrutar sin remordimientos. No se trata de comer sin límites, sino de hacerlo con conciencia y equilibrio.
Muchas personas creen que si comen pan, arroz o pasta están fallando. Pero la verdadera pregunta es: ¿cómo te sientes cuando comes? ¿Te genera placer, o más bien ansiedad? ¿Comes por hambre real, o por costumbre o emoción?
>> el disfrute no es el enemigo de la salud: es parte de ella
Comer con libertad es posible (y necesario)
Hoy en día existen propuestas que abordan la alimentación desde un lugar más amable, educativo y libre de dogmas. Una de ellas es el curso “¿Cómo comer saludable sin quitar los carbohidratos?” de la especialista Sonia Nevárez, que invita a reflexionar sobre la forma en que nos relacionamos con la comida y con nuestro cuerpo.
Más allá del contenido del curso, lo interesante es el mensaje que promueve: comer sano no implica renunciar al placer. Al contrario, disfrutar de la comida es parte esencial de un estilo de vida sostenible.
Volver a conectar con el placer de comer
Es momento de dejar atrás la idea de que comer bien es lo mismo que comer aburrido o restrictivo. La alimentación no debería vivirse como un castigo, sino como un acto cotidiano de autocuidado.
Recuperar el placer de comer implica:
- Escuchar las señales del cuerpo (hambre, saciedad, satisfacción)
- Elegir alimentos que nutran y también reconforten
- Quitar el peso moral a lo que comemos
- Encontrar un equilibrio entre lo nutritivo y lo placentero
Conclusión: una alimentación saludable también se disfruta
¿Disfrutas comiendo? Es una pregunta simple, pero con muchas capas. Nos invita a revisar no solo lo que comemos, sino cómo lo vivimos. Porque una alimentación verdaderamente saludable no se mide solo en calorías o nutrientes, sino en bienestar, disfrute y sostenibilidad.