Si te frustras por no ver resultados rápidos, responde a una de las mayores objeciones. Puedes hablar de expectativas, paciencia, y del cambio real como proceso, no como castigo.
Empiezas con todas las ganas.
Eliges con cuidado tus comidas, tomas más agua, haces caminatas, incluso decís que no a ese postre que tanto te gusta. Pero pasan unos días… o semanas, y nada.
No bajaste un gramo lo que esperabas
Y ahí llega la frustraciones
¿Para qué esforzarme si no veo cambios?
Este pensamiento es más común de lo que crees. Y no, no tiene nada que ver con tu falta de voluntad o disciplina. Tiene que ver con algo mucho más profundo: las expectativas poco realistas que a veces creamos, sin darnos cuenta.
Quieres resultados rápidos… en un cuerpo que viene acumulando años de hábitos, emociones y desconexión.
Y eso no es tu culpa.
Vivimos en una cultura del “todo rápido”: dietas milagrosas, entrenamientos extremos, pastillas que “te deshinchan”, promesas de cambios radicales en 7 días.
Pero el cuerpo no trabaja así.
Tu cuerpo no es una máquina que responde a ordenes inmediatas. Es un sistema inteligente, complejo, que necesita tiempo, paciencia y constancia.
>>Por ello necesitasOpinión 2025 curso como comer saludable sin quitar los carbohidratos una ayuda externa que te haga ver la realidad
El cambio real es un proceso, no un castigo.
Si hoy estás frustrada porque no ves resultados, te invito a cambiar la pregunta:
¿Qué sí cambió desde que empecé?
Tal vez estás durmiendo mejor.
Tal vez ya no te sientes tan hinchada después de comer.
Tal vez te das cuenta cuando comes por ansiedad… y lo frenas.
Tal vez no bajaste mucho de peso, pero aumento tu conciencia.
>>Ten paciencia y sigue los consejos a tu ritmo
No todo progreso se mide con el peso.
Y eso es algo que necesitamos repetirnos más seguido. Porque si solo medimos el cambio en kilos perdidos, estamos ignorando todo lo demás que también importa: cómo te sientes, cómo descansas, qué pensamientos tienes, qué decisiones tomas en piloto automático… o no.
>>Tú puedes conseguirlo, toma conciencia
¿Qué puedes hacer con la frustración?
- Validarla: Sentirse frustrada es normal. No lo niegues, no lo minimices. Escúchalo.
- Respirar: Literalmente. Vuelve al cuerpo. Haz una pausa.
- Anotar lo que sí cambió: tu energía, tu relación con la comida, tus pensamientos.
- Recordar por qué empezaste: No era solo por estética. Era por ti, tu bienestar físico y mental.
Y si sientes que necesitas un acompañamiento más amable y realista, recuerda que no estás sola.
En el curso “Cómo comer saludable sin quitar los carbohidratos”, no te prometemos resultados mágicos.
Porque no se trata de hacerlo perfecto. Se trata de ser constante y no rendirte.