¿Tienes interiorizados mitos sobre la alimentación?

Comer bien no siempre significa comer “perfecto”

A lo largo de los años, la cultura de la dieta nos ha dejado más que solo recetas: ha sembrado creencias rígidas que muchas personas asumen como verdades absolutas. Y lo más curioso es que, muchas veces, ni siquiera somos conscientes de que seguimos actuando en base a esos mitos.

Frases como “el pan engorda”, “comer de noche es malo” o “los carbohidratos son enemigos del cuerpo” se repiten como mantras… pero ¿Qué hay de cierto en todo eso?

>>Dejemos los cliches

¿Qué es un mito alimentario?

Un mito alimentario es una idea errónea o simplificada que circula sobre ciertos alimentos, hábitos o combinaciones. A menudo, tienen un núcleo de verdad distorsionado, lo que los hace más difíciles de identificar.

Estos mitos suelen nacer del miedo, de malas interpretaciones científicas o del marketing de moda. El problema es que, con el tiempo, se integran a nuestra vida cotidiana como si fueran reglas.

Mitos que quizás tienes más cerca de lo que crees

Te sorprendería cuántas personas saludables —y con buenas intenciones— viven atrapadas en ideas como estas:

“No deberías comer carbohidratos si quieres bajar de peso.”
→ En realidad, eliminar un grupo completo de alimentos puede llevar a desequilibrios nutricionales y más ansiedad alimentaria.

“Saltarte el desayuno ayuda a adelgazar.”
→ Más allá del ayuno intermitente, muchas veces esto genera atracones o fatiga en el día.

“Lo natural siempre es mejor.”
→ Lo natural no siempre es lo más nutritivo ni lo más equilibrado. Hay alimentos procesados que cumplen funciones muy útiles.

“Comer después de las 6 de la tarde engorda.”
→ No es la hora, es la calidad, cantidad y regularidad de tu alimentación lo que importa.

“Comer saludable es sinónimo de pasar hambre.”
→ Este es uno de los mitos más dañinos: el bienestar no debería doler ni hacerte sentir limitada.

>> Cambia los mitos por realidades

El verdadero impacto de creer en mitos

Cuando interiorizamos estos conceptos, empiezan a guiar nuestras decisiones de forma casi automática. Sin darnos cuenta, vivimos evitando alimentos, sintiendo culpa al comer o clasificando comidas como “buenas” y “malas”.

Este tipo de relación con la alimentación puede volverse rígida, desgastante y, en muchos casos, insostenible. No solo afecta tu cuerpo, también afecta tu mente, tu autoestima y tu calidad de vida.

¿Qué pasaría si cuestionaras esas ideas?

Imagínate lo liberador que sería comer sin miedo. Poder disfrutar un plato de pasta sin sentir que estás “rompiendo las reglas”. Elegir un alimento no por culpa o ansiedad, sino por bienestar y placer.

Revisar lo que has aprendido sobre comida no es un acto de rebeldía, es un acto de conciencia.

Reeducarte es más importante que eliminar alimentos

Hoy sabemos que una alimentación saludable no requiere prohibiciones extremas ni reglas confusas. Se trata de entender cómo funciona tu cuerpo, qué necesita realmente, y cómo puedes organizarte sin caer en la obsesión.

Y sí, los carbohidratos pueden formar parte de una dieta saludable. No necesitas borrarlos de tu vida para comer bien.

¿Te gustaría derribar esos mitos con información clara y práctica?

El curso ¿Cómo comer saludable sin quitar los carbohidratos?, creado por Sonia Nevárez, es una guía simple, realista y basada en educación nutricional actualizada.
Si sientes que tienes ideas rígidas sobre la comida y quieres alimentarte mejor sin restricciones innecesarias,

Conclusión

Interiorizar mitos alimentarios es más común de lo que crees. Pero la buena noticia es que, una vez que los detectas, puedes empezar a transformarlos.

No se trata de seguir más reglas,

>> sino de crear una relación más tranquila y honesta con la comida.

Y eso, sin duda, es una de las formas más profundas de autocuidado.

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